martes, 4 de mayo de 2010

Arthur Rimbaud



Rimbaud, el eterno "enfant terrible" de la literatura francesa, era un visionario loco, rebelde, vagabundo, aventurero y ante todo poeta.

Nació y estudió en Charleville en 1854. Comenzó a escribir versos a los 10 años. A los 17 escribió El barco ebrio (1871), y se lo llevó a Verlaine. Su obra está influida por Baudelaire, por sus lecturas sobre ocultismo y por su preocupación religiosa. Se trasladó años después a París para conocer a Verlaine, y se inició entre ellos una amistad peligrosa que luego terminó. Viajaron juntos por Inglaterra y Bélgica, país en el que Verlaine lo intentó matar por sus infidelidades, y éste resultó gravemente herido en el segundo intento. Rimbaud ofrece un relato alegórico sobre este asunto en Una temporada en el infierno (1873).
Verlaine, convencido de que Rimbaud había muerto, recopiló sus poemas en Iluminaciones (1886). Esta obra contiene el famoso Soneto de las vocales, en el que a cada una de las cinco vocales se le asigna un color. En 1891 Rimbaud regresó a Francia para ser tratado de un tumor en la rodilla, a consecuencia del cual murió en 1891.

La fuerza de los poemas de Rimbaud, escritos entre los 10 y los 20 años, fecha en que decidió abandonar la literatura, le hace figurar entre los más originales poetas franceses de todos los tiempos y ha ejercido una profunda influencia en toda la poesía posterior a él.

Fragmentos:


EL BAILE DE LOS AHORCADOS

``En la horca negra bailan, amable manco,
bailan los paladines,
los descarnados danzarines del diablo;
danzan que danzan sin fin
los esqueletos de Saladín
[...] ´´





EL MAL
``Mientras los escupitajos rojos de la metralla
silban todo el día en el infinito del cielo azul;
mientras escarlatas o verdes, junto al rey burlón
se desploman en masa los batallones bajo el fuego;

mientras una espantosa locura machaca
y hace de cien millares de hombres una pila humeante
- ¡Pobres Muertos!, en el verano, en la yerba, en tu alegría,
¡Oh, Naturaleza!, tú que hiciste a estos hombres santamente-,

Hay un Dios que se ríe de las telas adamascadas
de los altares, del incienso, de los grandes cálices de oro;
un Dios que con el balanceo de los hossanas se duerme

y sólo se despierta cuando algunas madres, recogidas
en su angustia y llorando bajo su vieja toca negra,
le dan una perra gorda liada en su pañuelo. ´´





POEMA DE LAS VOCALES

"A negro, E blanco, I rojo, U verde, O azul: vocales,
diré algún día vuestros nacimientos latentes:
A, negro corsé velludo de las moscas brillantes
que zumban alrededor de hedores crueles,
golfos de sombra; E, candor de los vapores y las tiendas,
lanzas de los glaciares orgullosos, reyes blancos, escalofríos de umbelas;
I, púrpura, sangre escupida, risa de labios bellos
en la cólera o en las borracheras penitentes;
U, ciclos, vibraciones divinas de los mares verdosos,
paz de las dehesas sembradas de animales, paz de las arrugas
que la alquimia imprime en las grandes frentes estudiosas;
O, supremo clarín lleno de estridencias extrañas,
silencios atravesados por mundos y por ángeles:
-O, el Omega, ¡rayo violeta de tus ojos!".



SERGIO/BORJA