miércoles, 29 de mayo de 2013

Las olas. V. Woolf



    Las olas es la mejor novela de Virginia Woolf. Está escrita en monólogo interior, aunque se trata de monólogos líricos muy trabajados por la autora; es decir, el fluido de conciencia está "retocadísmo". 
Los distintos momentos de esas biografías líricas - que van desde la niñez hasta la madurez - están separados por una especie de interludios poéticos en los que se describen paisajes en distintos momentos del día...símbolo de las distintas etapas de la vida.
Los seis personajes que  “narran” la novela a través de sus monólogos ( perspectivismo múltiple y contrapuntístico) son  Neville, Louis, Bernard,  Jinny, Susan y Rhoda.Cada uno  es una parte de la confusa personalidad de Virginia Woolf. La  faceta de escritora está representada en Bernard, quien al final de la novela parece ser el que “recoge” y transcribe los monólogos de sus amigos.
Pero quizá el personaje que mejor representa el conflicto de identidad de V. Woolf , sus miedos y su extrema sensibilidad es  Rhoda , a quien  le da miedo cuanto le rodea y teme incluso no existir. En algunos de sus monólogos parece que estamos viendo la mente enloquecida de la autora antes de dormirse, o mientras se adentraba en el río " a lo Ofelia"  camino de la muerte.

Dejo  fragmentos de  los monólogos de Rhoda, el personaje que más se parece a la autora; como ella,  Virginia tenía extrañas experiencias de despersonalización en las que no sentía su cuerpo, o se sentía alejada de él y tenía que golpear los nudillos contra algo duro para volver a sentir su cuerpo.

  Del mismo modo que doblo el vestido, dijo Rhoda, me despejo de mi imposible deseo de ser Susan, de ser Jinny. Pero extenderé los dedos de los pies para tocar el límite de la cama. Adquiriré la seguridad al tocar el metal, propio de todo lo duro. Ahora no puedo hundirme. Es imposible que caiga a través de la delgada sábana, ahora. Ahora relajo el cuerpo sobre este frágil colchón y quedo suspendida en el aire. Ahora floto sobre la tierra. Ya no estoy en pie para que me golpeen y me hieran. Todo es suave y dócil, maleable. Las paredes y las alacenas palidecen y sus amarillos rectángulos se doblegan. Ahora pueden manar los pensamientos. Puedo pensar en mis flotas navegando en el mar, alzado el oleaje. Estoy a salvo de los difíciles roces y los choques. Navego sola frente a blancos acantilados. ¡Pero me hundo!¡ Caigo!...

Quiero salir de estas aguas. Pero se amontonan sobre mí. Entre sus grandes hombros me llevan. Me obligan a dar un giro sobre mí misma, me derriban, estoy tendida entre esas largas luces, esas largas olas, esos interminables senderos, esas gentes que me persiguen, me persiguen.

…Me sentaré  en la temblorosa orilla del río y contemplaré los nenúfares, anchos y luminosos, que con su aguda luz de luna iluminan en haces el roble que se cierne sobre el agua. Cogeré flores. Formaré con ellas un ramo, lo tomaré en la mano y lo ofreceré,  ¡oh!¿a quién? Hay un obstáculo en el fluir de mi vida. Una profunda corriente tropieza con algo. Y ese algo se estremece. Tira. Un nudo en el centro opone resistencia. Es dolor. Es angustia.

…No sé cómo pasar de un minuto a otro, de una hora a otra, resolviendo minutos y horas gracias a cierta fuerza natural, hasta que constituyan esa masa indivisible y unitaria a la que vosotros denomináis vida…No tengo rostro, soy como la espuma que se desliza sobre la playa…  

Monk´s House Rodmell. Amanda Whit
Dos de los protagonistas de Las olas se suicidan: Rhoda y Bernard. Es imposible leer el libro y no recordar el suicidio de la propia Virginia. Ninguno de los dos suicidios se plantea como algo trágico: Rhoda camina tranquilamente hacia el mar mientras se acerca a la marea baja de su vida. Su muerte es un retorno natural al mar inmortal del que nunca, en los ritmos de su imaginación, se ha distanciado. En cuanto a Bernard, antes de ir hacia el encuentro de las olas, se ve a sí mismo arrastrado por las aguas río abajo. 
La novela se publicó en 1931,diez años antes del suicidio de la propia Virginia. 

Virginia Woolf se suicidaría en 1941, era su cuarto intento de suicidio.

Cuando estalló la II Guerra Mundial, los Woolf estaban viviendo en Monk´s House. En 1940 se enteran de que su casa en Londres ha sido destruida en un bombardeo. Leonard era de origen judío, y los dos acuerdan un pacto suicida en caso de que los nazis invadieran Inglaterra ( ¿No os viene a la memoria Zweig?)  Quizá la muerte de Virginia fue una experiencia  tan suave y llena de sensaciones como los paisajes que describe en Las olas.En sus delirios ella escuchaba voces, y oía cantar en griego a los pájaros. 

   ( Si algún día queréis leer la novela, tenéis que leerla como si fuera poesía, no vayáis buscando un argumento trabado.  Si Joyce pretendía darle un nuevo valor paródico al mito, Virginia Woolf quería convertir la novela en poesía.)

Y ahora, asumiendo el misterio de las cosas, puedo alejarme como un espía, sin abandonar este lugar, sin levantarme de la silla. Puedo visitar los remotos confines de las tierras desérticas, en las que el salvaje se sienta ante la hoguera. El día se levanta, la muchacha se lleva las joyas de agua con corazón de fuego a la frente, el sol dirige rectamente sus rayos a la casa dormida. Se ensanchan las barras de las olas, se arrojan las olas a la playa, hacia atrás vuela la espuma pulverizada, y deslizándose las aguas de las olas rodean la barca y el acebo. Los pájaros cantan a coro, profundos túneles pasan por entre los tallos de las flores, la casa se torna más blanca, se despereza el durmiente, poco a poco todo despierta. La luz invade las estancias y empuja sombra tras sombra al fondo, donde quedan replegadas e inescrutables. ¿Qué contiene la sombra central? ¿Algo? ¿Nada? No lo sé.

 virginiawoolf-sentidodevida.blogspot.com.e