"Imaginación es la Eternidad "
Inglaterra vive en el siglo XVIII una época de esplendor político, social y económico. Los dos fenómenos más destacados en literatura son la consolidación de la novela y la afirmación prerromántica del sentimiento.
En la poesía aparecen elementos anticipadores del Romanticismo, como en Las noches de Edward Young (1684-1765), que introduce el elemento nocturno.
La figura poética más destacada del prerromanticismo inglés es William Blake. Sus composiciones, entre lo simbólico y visionario, lo religioso y el realismo, son de difícil clasificación pues anticipan el Romanticismo, pero también el simbolismo de finales del siglo XIX. Su poesía, se encuentra entre las más originales de la lengua inglesa y supone el rechazo de las ideas del movimiento ilustrado a favor del romántico.
Además de escribir poesía, Blake era pintor. Su pintura, basada en visiones fantásticas de rico simbolismo, tiene cierta influencia de Miguel Ángel. Aplicó su arte pictórico para ilustrar tanto composiciones propias como ajenas: el Paraíso perdido de Milton (una de sus obras favoritas), o Las noches, de Edward Young. La relación que hay entre los poemas y las ilustraciones es compleja y exige imaginación por parte del lector, ya que se basa no tanto en el tema del poema en sí como en la sensación que este transmite.
Hijo de un mercero, nació el 28 de noviembre de 1757 en Londres, ciudad en la que transcurrió la mayor parte de su vida. Cuando tenía ocho años, Blake contemplaba hermosas, extrañas visiones. La Naturaleza no le aparecía en su forma habitual, sino en el Real esplendor de su Verdadero Yo.
De educación fundamentalmente autodidacta, se dedicó con entusiasmo a la lectura, y recibió las influencias del místico alemán Jakob Boehme y del swedenborgianismo (de Emanuel Swedenborg. Teólogo y filósofo, Swedenborg pensaba que la Biblia tenía sentidos internos y espirituales. El principio teológico básico de Swedenborg fue que Dios era el origen de los dos principios elementales de la vida, el amor y la sabiduría. Estos dos principios se manifestaban mediante niveles jerarquizados de la realidad).
(Emanuel Swedenborg es bastante interesante. En esta página tenéis más información sobre este filósofo suízo y su influencia en autores posteriores como Kant, Eernesti o Yeats. http://www.victorianweb.org/espanol/religion/swedenborg.html)
A la edad de 14 años, entró a trabajar como aprendiz del grabador James Basire. Poco después, estudió durante un breve periodo de tiempo en la Royal Academy, pero se rebeló contra las doctrinas estéticas de su director, defensor del neoclasicismo. Sin embargo, más tarde, entabló amistad con académicos como John Flaxman y Henry Fuseli, cuyas obras pudieron influirle.
En 1784 abrió una imprenta y, aunque fracasó al cabo de unos años, continuó ganándose la vida como grabador e ilustrador. Su esposa, Catherine, le ayudó a imprimir los poemas ilustrados por los que es conocido incluso hoy en día.
Muy atraído por la materia de Bretaña, Blake comenzó a escribir poesía a la edad de 12 años. Su primera obra impresa, Esbozos poéticos (1873), es una colección de poemas de juventud, en los que, entre una serie de elementos bastante tradicionales destacan pasajes que presagiaban lo que sería su estilo posterior. Como el resto de su producción, llegó a muy pocos lectores en su época.
Sus poemas más populares, frescos, directos y notables por su elocuencia, fueron los que se incluían en Canción de inocencia (1789). En 1794, perdida la fe en la posibilidad de la perfección humana, el poeta publicó Canciones de experiencia.
Inocencia y experiencia, "los dos estados opuestos del alma humana", contrastan en dos piezas como El cordero y El tigre, que representan respectivamente la inocencia de la niñez y la corrupción y la represión de la vida adulta. Su poesía posterior desarrolla la idea de que la verdadera inocencia resulta imposible sin la experiencia.
El tigre
Tigre, tigre, que te enciendes en luz
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo idear tu terrible simetría?
¿En qué profundidades distantes,
en qué cielos ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Qué mano osó tomar ese fuego?
¿Y qué hombro, y qué arte
pudo tejer la nervadura de tu corazón?
Y al comenzar los latidos de tu corazón,
¿qué mano terrible? ¿Qué terribles pies?
¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿En qué horno se templó tu cerebro?
¿En qué yunque?
¿Qué tremendas garras osaron
sus mortales terrores dominar?
Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas
y bañaron los cielos con sus lágrimas
¿sonrió al ver su obra?
¿Quien hizo al cordero fue quien te hizo?
Tigre, tigre, que te enciendes en luz,
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
osó idear tu terrible simetría?
Tigre, tigre, que te enciendes en luz
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo idear tu terrible simetría?
¿En qué profundidades distantes,
en qué cielos ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Qué mano osó tomar ese fuego?
¿Y qué hombro, y qué arte
pudo tejer la nervadura de tu corazón?
Y al comenzar los latidos de tu corazón,
¿qué mano terrible? ¿Qué terribles pies?
¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿En qué horno se templó tu cerebro?
¿En qué yunque?
¿Qué tremendas garras osaron
sus mortales terrores dominar?
Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas
y bañaron los cielos con sus lágrimas
¿sonrió al ver su obra?
¿Quien hizo al cordero fue quien te hizo?
Tigre, tigre, que te enciendes en luz,
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
osó idear tu terrible simetría?
Como era su costumbre, adornó los Cantos con dibujos que exigen del lector una visión extremadamente imaginativa de las complejas relaciones entre dibujo y texto.
Defendió siempre la imaginación frente a la razón, pues consideraba que las formas ideales debían construirse no a partir de la observación de la naturaleza sino de las visiones interiores. Blake afirmó a sus amigos que él tenía el poder de traer su imaginación ante el ojo de su mente con tanta claridad que no podía equivocarse en diseñarla. También decía que a menudo le acompañaban espíritus que le enseñaban y le aconsejaban.
Su pintura de "La visión de la Escalera de Jacob" revela a la mayoría de los místicos a lo que se refería Blake. Asimismo, declaró que tenía la facultad de apelar a los personajes de la antigüedad, para hablar con ellos de sus métodos de pintura. Sus propias creaciones comparadas, curiosamente, con las del Cinquecento italiano.
Resulta especialmente evidente la influencia de Miguel Ángel en la potencia del escorzo y en la exagerada musculatura de algunas de sus figuras, sobre todo en una muy conocida, la llamada El anciano de los días, de su poema Europa, una profecía (1794).
El anciano de los días |
Gran parte de su pintura estuvo dedicada a temas religiosos: ilustraciones para la obra de John Milton, su poeta favorito (a pesar de que rechazaba firmemente su puritanismo), para El viaje del peregrino de John Bunyan, y para la Biblia.
Entre sus ilustraciones de temas paganos se encuentran las que llevó a cabo para la edición de los poemas de Thomas Gray y las acuarelas para Ideas nocturnas de Edward Young.
En los denominados Libros proféticos, una serie de extensos poemas escritos a partir de 1789, Blake creó una compleja mitología personal e inventó sus propios personajes simbólicos, que reflejaban sus preocupaciones sociales:
"Debo crear un sistema o permanecer esclavizado por los de otros".
Blake fue un inconformista radical. En poemas como La revolución francesa; América, una profecía; y Visiones de las hijas de Albión, presenta las figuras de su propia mitología, como Urizén, símbolo de una moralidad represiva, y Orc, el arquetipo de rebelde.
En Europa, una profecía expresó su condena hacia la tiranía política y social del siglo XVIII, mientras que en El libro de Urizén, denuncia la tiranía religiosa, y en El viajero mental pone en evidencia la explotación de los sexos.
Entre los Libros proféticos se encuentra una obra en prosa, El matrimonio del cielo y el infierno, que desarrolla la idea de su autor según lo cual "sin contrarios no hay progreso".
Si las puertas de la percepción se depurasen,
todo aparecería a los hombre como realmente es: infinito.
Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver
todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna.
todo aparecería a los hombre como realmente es: infinito.
Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver
todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna.
William Blake
Las bodas del cielo y el infierno (1793)
Las bodas del cielo y el infierno (1793)
En 1800 el poeta se trasladó a la ciudad costera de Felpham, donde vivió y trabajó durante tres años, bajo el patrocinio de William Hayley. Allí llevó a cabo profundas exploraciones espirituales que le prepararon para sus obras de madurez, las grandes épicas visionarias escritas e ilustradas entre 1804 y 1820 donde destacan las ilustraciones de la obra de Milton.
El juicio final |
El infierno de Dante |
El poeta inglés escribió otras obras, como Una isla en la luna (1784), una divertida sátira sobre sus primeros años de vida.
Además, una colección de cartas y un cuaderno de notas con apuntes y algunos poemas breves que escribió entre 1793 y 1818, al que se denominó el Manuscrito Rossetti, pues lo adquirió en 1847 el poeta, también inglés, Dante Gabriel Rossetti, uno de los primeros artistas que reconocieron el valor de Blake.
en la Mirada de otros no es más que un objeto Verde
que se interpone en el camino.
Algunas personas Ven la Naturaleza como algo Ridículo y Deforme,
pero para ellos no dirijo mi discurso;
y aun algunos pocos no ven en la naturaleza nada en especial.
Pero para los ojos de la persona de imaginación,
la Naturaleza es imaginación misma.
Así como un hombre es, ve.
Así como el ojo es formado, así es como sus potencias quedan establecidas.
William Blake
Carta al Dr. Trustler [23 agosto 1799]
Sus últimos años, pasados en la pobreza, fueron aliviados por la amistad de un grupo de jóvenes artistas admiradores de su figura. Murió en Londres, el 12 de agosto de 1827, dejando inconcluso un ciclo de dibujos inspirados en la Divina Comedia de Dante. Muchos poetas posteriores, entre ellos Swinburne, Yeats y Emily Dickinson, asimilaron su visión y su estilo literarios.