martes, 27 de marzo de 2012

Mário de Sá-Carneiro

Eu não sou eu nem sou o outro,
Sou qualquer coisa de intermédio:
Pilar da ponte de tédio
Que vai de mim para o Outro
Lisboa, fevereiro de 1914


Mário de Sá-Carneiro nació en Lisboa, en 1890. Dos años más tarde, perdió a su madre, quedó en manos de sus abuelos y una nodriza ; la figura de su padre se redujo, más y más, a una aparición intermitente y equívoca (siempre estaba viajando).
En 1911, va a estudiar Derecho a la Universidad de Coimbra, solo estará un año. En 1912 se matricula en la Sorbona de París, pero casi no pisa las aulas para dedicarse a una vida bohemia, deambulando por los cafés y salas de espectáculo. Comienza a cartearse, casi a diario, con su amigo Fernando Pessoa.
En 1914, iniciada la Primera Guerra Mundial, regresa a Lisboa. En ese período intensificó su amistad con Pessoa, con quien colaboró en la revista Orpheu (1915). Sólo aparecieron dos números. Bastaron, sin embargo, para iniciar el modernismo portugués, la vanguardia más importante del siglo en ese país.
En 1912 publicó su primer libro, Principio, en 1913 la novela La confesión de Lucio, Dispersão en 1914 y en 1915 los relatos de El Cielo en llamas.
De regreso en París, todo fue un arduo declive con aislados chispazos de entusiasmo por cada nuevo poema que se le aparecía, como decía él mismo. 
Fiel reflejo de este último período es la correspondencia con Pessoa:

"Ha de estar de acuerdo en que tengo suerte de toparme siempre con seres que no me mandan al diablo, y a quienes en el fondo agrado por mi torpeza... Porque la verdad es ésta: es lo único que me hace interesante. ¿No cree usted? Escriba. Ríase, pero en el fondo tenga mucha pena, mucha de su Mario de Sá-Carneiro. Escriba inmediatamente. Escríbame".
Esta carta fue enviada 22 días antes de morir; la última, tan sólo ocho días antes, el 18 de abril de 1916. En ella, escribió:
"Unicamente para comunicarme con usted, mi querido Fernando Pessoa. Escríbame mucho. Se lo suplico de rodillas. No sé nada, nada, nada. Sólo mi egoísmo me puede salvar. Pero tengo tanto miedo de la ausencia. Además, para perderlo todo no valía la pena tanta resistencia. ¬Loco! ¬Loco! Loco! Sienta mucha pena por mí". En esta misma carta le pedía que mirara su horóscopo y le dijera la verdad sobre el momento que vivía y que debía enfrentar: "Diga. No tenga miedo. Me preocupa mi cuaderno de versos".

Serradura (fragmento)

Mi vida se ha sentado
Y no hay quien la levante
Pues de Poniente a Levante
Mi vida ya se ha hartado.

Miradla, la hastiada, allí está
Echada, piernas cruzadas
En el interminable sofá
De mi Alma tapizada

Dispersão

Perdi-me dentro de mim
Porque eu era labirinto,
E hoje, quando me sinto,
É com saudades de mim.
Passei pela minha vida
Um astro doido a sonhar.
Na ânsia de ultrapassar,
Nem dei pela minha vida... (...) 
Desceu-me n'alma o crepúsculo;
Eu fui alguém que passou.
Serei, mas já não me sou;
Não vivo, durmo o crepúsculo. 
Yo mismo y el otro de El cielo en llamas

Octubre, 12
Si yo fuera quien soy... ¡Qué triunfo!

Noviembre, 15
¿Seré una nación? ¿Me habré convertido en un país?
Puede ser.
Lo cierto es que siento plazas dentro de mí.

Noviembre, 16
Me he convertido en una nación...
...Grandes carreteras desiertas... árboles, ríos, torres... puentes... muchos puentes...
No me puedo abarcar. Me sobro. Me agito dentro de mí.


Manicura (fragmento). Publicada en el Número dos de Orpheu

En la sensación de estar limándome las uñas,
súbita, inexplicable sensación de ternura,
todo me incluye en Mí —piadosamente.
Mientras estoy solo en el Café:
de mañana como siempre, en bostezos amarillos.
Apenas, de vuelta en las mesas —ingratas
y duras, angulosas en su vulgaridad
estúpida, cuadrangular y libre pensadora…
Afuera: día de mayo en luz
y sol —día brutal, provinciano y democrático
que mis ojos delicados, refinados, rasgados y citadinos
no pueden tolerar — sólo forzándose
soportan sus náuseas. Toda mi sensibilidad
se ofende con este día que ha de tener cantores
entre los amigos con quienes ando a veces
—trigueños, naturales de bigotes tupidos—
que escriben, pero tienen partido político
y asisten a congresos republicanos,
se van de putas, les gusta el vino tinto,
los membrillos o las sardinas fritas…
Y yo siempre pensando en la sensación de estar limándome las uñas
y de pintármelas con un barniz parisién,
me voy enterneciendo cada vez más y más
hasta llorar por Mí…

FIN

Cuando muera, que me doblen con latas
rompan en saltos y piruetas-
restallen petardos en el aire
convoquen a payasos y acróbatas

Que mi cajón vaya sobre un burro
enjaezado a la andaluza:
nada a un muerto se niega
y yo quiero por fuerza ir en burro

Este poema lo envió Sá Carneiro a Pessoa en una carta, el 16 de febrero de 1916. Dos meses más tarde, en un hotel de Montmartre se suicida; iba a cumplir veintiséis años.
 "Muere joven, aquél que los dioses aman" dijo Fernando Pessoa. Años más tarde, en 1934,  Pessoa aún lo recuerda y escribe en un poema a su mejor amigo: "Como éramos só um, falando! Nós éramos como um diálogo numa alma."

SÁ CARNEIRO 
Nesse número do Orpheu que há-de ser feito
com rosas e estrelas em um mundo novo. Fernando Pessoa

http://multipessoa.net/labirinto/fernando-pessoa/33
http://arquivopessoa.net/textos/2968