Carpe Diem!
Aprovecha el día,
no dejes que
termine sin haber crecido un poco,
sin haber
sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes
vencer por el desaliento.
No permitas
que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi
un deber.
No abandones
tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de
creer que las palabras y las poesías
sí pueden
cambiar al mundo.
Porque pase
lo que pase, nuestra esencia está intacta.
Somos seres
humanos llenos de pasión.
La vida es
desierto y es oasis.
Nos derriba,
nos lastima, nos enseña,
nos
convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el
viento sopla en contra,
la poderosa
obra continúa,
tú puedes
aportar una estrofa.
No dejes
nunca de soñar, porque sólo en sueños
puede ser
libre el hombre.
No caigas en
el peor de los errores, el silencio.
La mayoría
vive en un silencio espantoso.
No te
resignes. Huye.
«Emito mi
alarido por los techos de este mundo»
dice el
poeta.
Valora la
belleza de las cosas simples,
se puede
hacer poesía bella sobre las pequeñas cosas.
No
traiciones tus creencias.
Todos
necesitamos aceptación.
Pero no
podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso
transforma la vida en un infierno.
Disfruta el
pánico que provoca tener la vida por delante.
Vívela
intensamente, sin mediocridades.
Piensa que
en ti está el futuro y encara la tarea
con orgullo
y sin miedo.
Aprende de
quienes pueden enseñarte.
Las
experiencias de quienes nos precedieron,
de nuestros
«poetas muertos»,
te ayudarán
a caminar por la vida.
La sociedad
de hoy somos nosotros,
«los poetas
vivos»,
no permitas
que la vida te pase a ti sin que la vivas.
( WALT
WHITMAN, Canto a mí mismo )