miércoles, 2 de diciembre de 2009

El rapto de las sabinas. Las amazonas.


La situación de Roma se había fortalecido tanto que ya militarmente podía considerarse a la par con cualquier otra de las poblaciones vecinas; pero por la escasez de mujeres aquel poderío no duraría más que la vida de los que vivían. Entonces Pómulo envió legados a esas poblaciones con el encargo de proponerles alianzas y matrimonios con su nuevo pueblo. En ningún lado fue bien recibida la embajada.La juventud romana lo tomó muy a mal y empezó a orientar el asunto decididamente por la vía de la violencia.
Proporcionaría el momento y el lugar oportunos para ello, Rómulo, al preparar unos juegos dedicados con carácter solemne a Neptuno. Después ordena comunicar a los pueblos vecinos el espectáculo. Por curiosidad de ver la nueva ciudad se reúnen allí muchos mortales; había acudido también todo el pueblo de los Sabinos con sus hijos y sus mujeres. Cuando llegó el momento del espectáculo y las mentes, al igual que ojos, estaban pendientes de él, como estaba tramado se desencadenó la violencia y a una señal dada jóvenes romanos se lanzaron a raptar a las jóvenes vecinas.

Estalla la guerra entre los romanos y los distintos pueblos sabinos; los sabinos y los romanos renuevan la lucha en medio de un valle hondo entre dos montes.Entonces las mujeres sabinas a raíz de cuya ofensa había surgido la guerra, mesándose los cabellos y con las vestiduras desgarradas, vencido el natural pavor mujeril al peligro, se atrevieron a meterse en medio de la lluvia de flechas, logrando, merced a su irrupción en medio de las filas, separar a los dos ejercitos enfrentados y separar los odios, suplicando bien a padres bien a sus maridos, que no mancharan con un parricidio a los frutos de sus entrañas, nietos para unos hijos para otros. Lograron las mujeres sabinas parar la guerra pero ,sin embargo, los romanos ganaron la batalla y se quedaron con las cerca de 700 mujeres que raptaron.

Al final ambos pueblos se unieron bajo leyes comunes
en una monarquía doble, la de Rómulo y la del rey sabino Tito Tacio. Este último murió víctima de un asesinato y Rómulo continuó gobernando solo durante treinta y ocho años hasta el momento en que fue llebado a los cielos por una espectacular tormenta y pasó a convertirse en un ser sobrenatural en la memoria de los romanos, asimilado al dios Quirinus; según otras versiones murió asesinado al igual que Tito Tacio.






Amazonas en la mitología griega


En la mitología griega, las Amazonas eran una antigua nación legendaria de guerreras o un país contemporáneo poblado por mujeres en los confines del mundo. Las leyendas parecen tener una parte real basada en las mujeres guerreras de los escitas.
Eran una tribu guerrera descendiente del dios de la guerra, Ares y de l
a náyade Harmonia. Se originaron alrededor del área del Cáucaso y se establecieron en las riveras del río Termodón en Pontus, Asia Menor, para luego fundar el pueblo de Temiscira, en la costa de Euxine (Mar Negro− Turquía).
Las amazonas son imaginadas y descritas por los hombres griegos como un pueblo de mujeres en estricto sistema de matriarcado, gobernadas por una reina, a la cual se le supone un vínculo directo con el dios Ares pero sin clarificar el sistema sucesorio. Se desconoce si a estas reinas les sucedían sus propias hijas o bien la mujer con más atributos como fuerza, inteligencia o dotes de mado. amazon deriva probablemente de un termino iraní, hamazam− , que originalmente significaba guerreras. La variante griega del nombre estaba relacionada por etimología popular de a, sin, y mazos, sin senos; relacionado con la tradición que decía que las amazonas se cortaban o quemaban el pecho derecho, para poder usar el arco con más libertad, y criaban a sus hijas con el izquierdo. Pero en las obras de arte no existen indicios, las amazonas siempre son representadas con ambos pechos, aunque con el derecho frecuentemente cubierto.
En algunas versiones, ningún varón tenía permiso para residir en el país de las amazonas, pero una vez al año, para evitar la extinción de la raza, visitaban a los Gargarios − tribu vecina− o en otros casos, se relacionaban con extranjeros. Sus uniones sexuales se realizaban fuera del grupo, sin mantener ningún lazo con ellos después.

A las niñas se las educaba como amazonas, adiestradas en las labores de campo, la caza y el arte de la guerra , adoptando el estatus de las madres y desconociendo la identidad del padre. A los niños nacidos de esas uniones, en cambio o bien se le mutilaba− dejándoles ciegos o cojos− o bien se les utilizaban como esclavos, o se les sacrificaba o eran enviados de vuelta con sus progenitores, esto varía según versiones.
Los griegos concibieron a las amazonas como mujeres amantes de la guerra que luchaban armadas con peltas (escudos pequeños en forma de media luna) y con hachas de doble filo, y que disparaban sus flechas con arcos de gran tamaño. A diferencia de los helenos, las amazonas preferían la guerra a caballo y se les consideró
expertas jinetes. La otra actividad amazónica era la cacería, por ello que se diga que las únicas divinidades a las que adoraban eran: Ártemis, diosa de la caza y los bosques, y Ares, dios de la guerra. Al parecer, estas mujeres estuvieron en constante guerra con Grecia y también con otras naciones.

En la Ilíada, Homero nombra a las Amazonas como Antianiras − las que luchan como varones−; Herodoto las llamó Androktonas, asesinas de varones.



Maite J. Guzmán Morales


MAITE GUZMÁN