ORIGEN DE LAS HADAS
En general las hadas son seres mágicos femeninos que aparecen en los bosques, arroyos y ríos. Según la tradición popular son protectoras de la naturaleza, apareciendo en numerosos cuentos y leyendas.
La visión que tenemos en la actualidad de las hadas, como seres pequeños con alas, es muy reciente, prácticamente desde el romanticismo y la época victoriana, y más todavía con el éxito de algunas películas de dibujos animados. En la antigüedad las hadas no eran pequeñas, ni tenían alas, incluso podían ser muy crueles.
El termino hada procede del término “hado”, destino.
En la mitología griega existían diferentes seres, con características similares a las hadas. Posiblemente estos seres influyeron en las visiones que posteriormente se hicieron de las hadas en otras culturas europeas.
Las primeras manifestaciones de estos seres mágicos los encontramos en las leyendas celtas, que hablan del reino de los Áes Sídhe. Los Áes Sídhe eran seres semidivinos, viviendo entre este mundo y el mundo de los dioses, conectados con la naturaleza y los dioses.
Durante la Edad Media, las hadas, llamadas “El Buen Pueblo”, se les relacionaba con los hechizos y los encantamientos, conocedoras de las hierbas que les permiten mantenerse jóvenes y hermosas. En esta época se pensaba que las hadas podían ser crueles, de manera que eran frecuentes los amuletos para protegerse de su influencia.También se creía que eran poseedoras de grandes riquezas. En algunos escudos heráldicos de la Edad Media aparece reflejado el mundo de las hadas.
Los cuentos y leyendas sobre hadas durante el medievo, fueron muy numerosos en toda Europa, destacando en Suecia, Irlanda, Escocia y Gales. En España también existe una cultura popular sobre estos seres mágicos: en Cantabria se les llama “anjanas” y se caracterizan por ser feas, en Asturias reciben el nombre de “fades”, en Cataluña son “goljas”, en Baleares se les llama “damas de aigu” y en Galicia se les conoce por “sacias”.
Baile de hadas
En las hadas de las diferentes culturas europeas hay rasgos comunes: dominan los rasgos femeninos, suelen ser benéficas pero también perversas. En ocasiones pueden necesitar la ayuda de los humanos, debiendo ser obedecidas estrictamente bajo pena de terribles castigos. Algunas mujeres se convierten en hadas por cuestiones mágicas, debido a una infracción contra la naturaleza. En ocasiones pueden ser desencantadas en fechas concretas del año, como en la noche de San Juan, o también al asomarse a las aguas cristalinas de un arroyo y piden ser desencantadas.
Son frecuentes los castigos de las hadas sobre los humanos, la mayoría de las veces por maltratar a la naturaleza, por ejemplo talar un bosque. Su castigo solía ser raptar a los niños para cambiarlos por “seres feéricos” totalmente iguales a los niños raptados, para intentar crear una raza entre las hadas y los humanos. En ocasiones engatusaban a un hombre para quedarse embarazadas de él y dar a luz un ser mitad humano y mitad feérico.
Este conjunto de supersticiones, procedentes de todos los pueblos antiguos, se instalaron en la cultura popular. En la Edad Media a los niños que estaban pálidos y delgados se les consideraba que eran hijos de las hadas y habían sido cambiados por el verdadero hijo.
La variedad de labores que llevan a cabo las hadas es casi infinita además de cantar y bailar, ayudan a los hombres en el campo, ejercen su control sobre el tiempo protegiendo las cosechas. Durante muchos meses ellas esperan impacientes la llegada de la primavera. También saben el día exacto en que brotaran las primeras flores pero prefieren mantener el secreto.
CLASES DE HADAS
LAMIA
Hada de las cuevas.
Es un personaje femenino que procede de la mitología griega, caracterizada por asustar a los niños y por ser una gran seductora (antecedente de la vampiresa).
En la mitología vasca son seres femeninos de gran belleza, que viven en fuentes, donde peinan sus largos cabellos. A veces se enamoran de los mortales, pero no pueden pisar tierra consagrada.
DRÍADES
Hadas del bosque.
También procede de la mitología griega. Son las hadas de los robles y de los bosques en general. Surgieron de un árbol llamado “Árbol de las Hespérides”.
No eran inmortales, aunque podían vivir mucho tiempo.
Eurídice la mujer de Orfeo era una dríade.
SÍLFIDES
Hadas del viento.
Las sílfides son identificadas como espíritus del aire. En la cultura popular se montan en las nubes y las mueven con el batir de sus alas. Despiden una luz de color rojo o naranja desde sus alas, razón por la que los cielos se enrojecen al atardecer después de un día lluvioso.
Las hadas del “Sueño de una noche de verano” de Shakespeare son sílfides.
CUENTOS DE HADAS
A lo largo de la historia de occidente, se han transmitido oralmente numerosos cuentos y leyendas en los que intervienen seres mágicos. En las frías tardes de invierno al lado del fuego, los mayores narraban historias a los más jóvenes en las que intervenían ogros, gnomos y por supuesto hadas.
Un cuento de hadas es una historia ficticia que puede contener personajes folclóricos tales como hadas, duendes, elfos, troles, gigantes, gnomos y animales parlantes, así como encantamientos, normalmente representados en una secuencia inverosímil de eventos.
Por lo general, este tipo de relatos suele atraer a los niños pequeños, al comprender éstos de forma rápida y sencilla a los personajes arquetípicos de cada historia.
Este tipo de historias tiene lugar en un tiempo indefinido, “érase una vez”.
De la gran cantidad de cuentos del pasado, debido a su transmisión oral, solo han llegado hasta nosotros aquellos que se ha escrito, sin embargo sabemos que este tipo de literatura ha existido desde el origen del hombre. En estas historias se recogen los miedos y temores de nuestros ancestros. Los estudios del folklore han recogido numerosas leyendas en todo el mundo.
Los cuentos de hadas escritos más antiguos de los que se tiene noción surgieron del Antiguo Egipto, en el año 1300 a. C. (por ejemplo, la Historia de los dos hermanos), apareciendo luego, de vez en cuando, en la literatura escrita por medio de las culturas letradas, como en El asno de oro, el cual incluye Cupido y Psique (Antigua Roma, 100-200 d. C.), o el Panchatantra (India, 200-300 d. C.), posteriormente encontramos obras como Las mil y una noches (compilada hacia 1500 d. C.), en la que figuran Baital Pachisi y la Historia de Bel y el Dragón. Además de esas colecciones y los cuentos individuales, en China, la obra Lie Zi y el filósofo Zhuangzi, ambos pertenecientes al sistema taoísta, incluyeron o difundieron cuentos de hadas.
En 1595 aparece en Inglaterra la obra de William Shakespeare “Sueños de una noche de verano”. En esta obra de carácter imaginativo aparecen seres fantásticos entre los que destaca Oberón, rey de las hadas y su esposa Titania. Todos estos seres imaginarios estaban en la tradición popular inglesa de la época, Shakespeare lo único que hizo fue reflejar en su obra, los numerosos cuentos y leyendas que hablaban de estos seres imaginarios.
El termino “cuento de hadas”, fue creado por la escritora francesa Madame d´Aulnoy que vivió alrededor de 1700. Esta escritora denominaba cuento de hadas a las historias procedentes del país de las hadas, donde habitaban además de las hadas, otros seres imaginarios.
Aun cuando los primeros cuentos de hadas estaban destinados principalmente a las audiencias adultas, y en menor grado a los niños, éstos comenzaron a asociarse con los infantes desde que los hermanos Grimm en el siglo XIX titularan a su colección de cuentos como Children's and Household Tales.
El trabajo de los hermanos Grimm influyó a otros coleccionistas, inspirándolos a seleccionar cuentos y llevándolos a creer de manera similar, con un espíritu de nacionalismo romántico, que los cuentos de hadas de un país eran particularmente representativos de éste, hasta el punto de poner en duda cualquier influencia cultural externa en su contenido. Entre los influenciados estuvieron el ruso Alexander Afanasyev (cuyo legado comenzó a publicarse en 1866), los noruegos Peter Christen Andernsen y Jørgen Moe (en 1845), el rumano Petre Ispirescu (en 1874), el inglés Joseph Jacobs (en 1890) y Jeremiah Curtin, un estadounidense que reunió cuentos irlandeses, a partir de 1890.
Algunos etnógrafos compilaron cuentos de hadas en todo el mundo, encontrando cuentos parecidos en África, América y Australia; Andrew Lang fue capaz de recurrir no solamente a los cuentos escritos de Europa y Asia, sino también a los recogidos por los etnógrafos, para completar una serie de libros de hadas que se caracterizó por estar conformada de episodios que hacían referencia a diferentes colores (tales como El libro azul de las hadas, El libro verde de las hadas, entre otros).
La representación de las hadas
Las primeras representaciones de hadas, surge ante la necesidad de ilustrar las ediciones de la obra de William Shakespeare, “Sueños de una noche de verano”. Pero la imagen de las hadas de estas ilustraciones se vio influenciada por otro poeta inglés, Michael Drayton.
En 1627 el poeta inglés Michael Drayton escribió un poema que le hizo muy famoso “Nymphidia, the Cour of Faery”. En el poema aparece Oberón (rey de las hadas) y su esposa Titania y además, por primera vez se representa a las hadas como seres mágicos y pequeños con alas, que revolotean por las flores.
Algunos pintores posteriormente, cuando hicieron ilustraciones sobre el tema de Shakespeare, “Sueños de una noche de verano”, se ven influenciados por el poema de Michael Drayton, por lo que las hadas aparecen representadas por seres pequeños con alas.
En 1790 Henry Fuseli realizó un cuadro “The awakening”, en el que representa a estas nuevas hadas.
Son frecuentes los castigos de las hadas sobre los humanos, la mayoría de las veces por maltratar a la naturaleza, por ejemplo talar un bosque. Su castigo solía ser raptar a los niños para cambiarlos por “seres feéricos” totalmente iguales a los niños raptados, para intentar crear una raza entre las hadas y los humanos. En ocasiones engatusaban a un hombre para quedarse embarazadas de él y dar a luz un ser mitad humano y mitad feérico.
Este conjunto de supersticiones, procedentes de todos los pueblos antiguos, se instalaron en la cultura popular. En la Edad Media a los niños que estaban pálidos y delgados se les consideraba que eran hijos de las hadas y habían sido cambiados por el verdadero hijo.
La variedad de labores que llevan a cabo las hadas es casi infinita además de cantar y bailar, ayudan a los hombres en el campo, ejercen su control sobre el tiempo protegiendo las cosechas. Durante muchos meses ellas esperan impacientes la llegada de la primavera. También saben el día exacto en que brotaran las primeras flores pero prefieren mantener el secreto.
CLASES DE HADAS
LAMIA
Hada de las cuevas.
Es un personaje femenino que procede de la mitología griega, caracterizada por asustar a los niños y por ser una gran seductora (antecedente de la vampiresa).
En la mitología vasca son seres femeninos de gran belleza, que viven en fuentes, donde peinan sus largos cabellos. A veces se enamoran de los mortales, pero no pueden pisar tierra consagrada.
DRÍADES
Hadas del bosque.
También procede de la mitología griega. Son las hadas de los robles y de los bosques en general. Surgieron de un árbol llamado “Árbol de las Hespérides”.
No eran inmortales, aunque podían vivir mucho tiempo.
Eurídice la mujer de Orfeo era una dríade.
SÍLFIDES
Hadas del viento.
Las sílfides son identificadas como espíritus del aire. En la cultura popular se montan en las nubes y las mueven con el batir de sus alas. Despiden una luz de color rojo o naranja desde sus alas, razón por la que los cielos se enrojecen al atardecer después de un día lluvioso.
Las hadas del “Sueño de una noche de verano” de Shakespeare son sílfides.
CUENTOS DE HADAS
A lo largo de la historia de occidente, se han transmitido oralmente numerosos cuentos y leyendas en los que intervienen seres mágicos. En las frías tardes de invierno al lado del fuego, los mayores narraban historias a los más jóvenes en las que intervenían ogros, gnomos y por supuesto hadas.
Un cuento de hadas es una historia ficticia que puede contener personajes folclóricos tales como hadas, duendes, elfos, troles, gigantes, gnomos y animales parlantes, así como encantamientos, normalmente representados en una secuencia inverosímil de eventos.
Por lo general, este tipo de relatos suele atraer a los niños pequeños, al comprender éstos de forma rápida y sencilla a los personajes arquetípicos de cada historia.
Este tipo de historias tiene lugar en un tiempo indefinido, “érase una vez”.
De la gran cantidad de cuentos del pasado, debido a su transmisión oral, solo han llegado hasta nosotros aquellos que se ha escrito, sin embargo sabemos que este tipo de literatura ha existido desde el origen del hombre. En estas historias se recogen los miedos y temores de nuestros ancestros. Los estudios del folklore han recogido numerosas leyendas en todo el mundo.
Los cuentos de hadas escritos más antiguos de los que se tiene noción surgieron del Antiguo Egipto, en el año 1300 a. C. (por ejemplo, la Historia de los dos hermanos), apareciendo luego, de vez en cuando, en la literatura escrita por medio de las culturas letradas, como en El asno de oro, el cual incluye Cupido y Psique (Antigua Roma, 100-200 d. C.), o el Panchatantra (India, 200-300 d. C.), posteriormente encontramos obras como Las mil y una noches (compilada hacia 1500 d. C.), en la que figuran Baital Pachisi y la Historia de Bel y el Dragón. Además de esas colecciones y los cuentos individuales, en China, la obra Lie Zi y el filósofo Zhuangzi, ambos pertenecientes al sistema taoísta, incluyeron o difundieron cuentos de hadas.
En 1595 aparece en Inglaterra la obra de William Shakespeare “Sueños de una noche de verano”. En esta obra de carácter imaginativo aparecen seres fantásticos entre los que destaca Oberón, rey de las hadas y su esposa Titania. Todos estos seres imaginarios estaban en la tradición popular inglesa de la época, Shakespeare lo único que hizo fue reflejar en su obra, los numerosos cuentos y leyendas que hablaban de estos seres imaginarios.
El termino “cuento de hadas”, fue creado por la escritora francesa Madame d´Aulnoy que vivió alrededor de 1700. Esta escritora denominaba cuento de hadas a las historias procedentes del país de las hadas, donde habitaban además de las hadas, otros seres imaginarios.
Aun cuando los primeros cuentos de hadas estaban destinados principalmente a las audiencias adultas, y en menor grado a los niños, éstos comenzaron a asociarse con los infantes desde que los hermanos Grimm en el siglo XIX titularan a su colección de cuentos como Children's and Household Tales.
El trabajo de los hermanos Grimm influyó a otros coleccionistas, inspirándolos a seleccionar cuentos y llevándolos a creer de manera similar, con un espíritu de nacionalismo romántico, que los cuentos de hadas de un país eran particularmente representativos de éste, hasta el punto de poner en duda cualquier influencia cultural externa en su contenido. Entre los influenciados estuvieron el ruso Alexander Afanasyev (cuyo legado comenzó a publicarse en 1866), los noruegos Peter Christen Andernsen y Jørgen Moe (en 1845), el rumano Petre Ispirescu (en 1874), el inglés Joseph Jacobs (en 1890) y Jeremiah Curtin, un estadounidense que reunió cuentos irlandeses, a partir de 1890.
Algunos etnógrafos compilaron cuentos de hadas en todo el mundo, encontrando cuentos parecidos en África, América y Australia; Andrew Lang fue capaz de recurrir no solamente a los cuentos escritos de Europa y Asia, sino también a los recogidos por los etnógrafos, para completar una serie de libros de hadas que se caracterizó por estar conformada de episodios que hacían referencia a diferentes colores (tales como El libro azul de las hadas, El libro verde de las hadas, entre otros).
La representación de las hadas
Las primeras representaciones de hadas, surge ante la necesidad de ilustrar las ediciones de la obra de William Shakespeare, “Sueños de una noche de verano”. Pero la imagen de las hadas de estas ilustraciones se vio influenciada por otro poeta inglés, Michael Drayton.
En 1627 el poeta inglés Michael Drayton escribió un poema que le hizo muy famoso “Nymphidia, the Cour of Faery”. En el poema aparece Oberón (rey de las hadas) y su esposa Titania y además, por primera vez se representa a las hadas como seres mágicos y pequeños con alas, que revolotean por las flores.
Algunos pintores posteriormente, cuando hicieron ilustraciones sobre el tema de Shakespeare, “Sueños de una noche de verano”, se ven influenciados por el poema de Michael Drayton, por lo que las hadas aparecen representadas por seres pequeños con alas.
En 1790 Henry Fuseli realizó un cuadro “The awakening”, en el que representa a estas nuevas hadas.
En otra ilustración de la misma época, realizada por William Blake sobre la obra de Shakespeare, las hadas no presentan alas.
Durante el período romántico, se desarrollan los sentimientos de lo mágico, de la fantasía, por lo que influirá en las representaciones que se hicieron de las hadas. En 1849 Joshep Noel Paton pinto su obra “Quarrel of Oberon and Titania”, en el que el rey de las hadas y su esposa aparecen rodeados de unas hadas que poseen alas de mariposa.
Josheph Noel Paton “Quarrel of Oberon and Titania”
Durante la época victoriana se acentúa el carácter fantástico de las hadas que se refleja en las representaciones que se hacen de estas.
Cuadro de Sophie Anderson
Cuadro de John Fitgerland Cuadro de Landsee
A partir del siglo XX se reducen los ideales fantásticos y ganan terreno lo meramente infantil, de manera que las hadas aparecen representadas en las ilustraciones de los cuentos y leyendas.
The faeries and their kin, Arthur Rackham, 1900
A partir del siglo XX se reducen los ideales fantásticos y ganan terreno lo meramente infantil, de manera que las hadas aparecen representadas en las ilustraciones de los cuentos y leyendas.
The faeries and their kin, Arthur Rackham, 1900
La bella durmiente de Margaret tarrant, 1920
En la actualidad, la popularidad de las hadas se debe además de a los cuentos infantiles, a las películas de dibujos animados, entre los que destacan las películas de
HADA MELUSINA
Melusina entra en la historia al final del siglo XIV, por Jean D´Arras que escribió una novela titulada “la noble historia de Lusignan” o La historia de Melusina en prosa. Sin embargo, Melusina es un hada muy vieja nacida en un pasado muy remoto. Algunos ven en ella una protectora de la Fuente de la Sed. Los historiadores encuentran en ella la personificación de auténticas heroínas como la Reina Sibila.
A continuación unos fragmentos de el libro “la noble historia de Lusignan”. Gran parte de la historia esta narrada por el hada Melusina.
"Es la historia de un hada, la vida de un hada; que quien no crea en las hadas, cierre este libro".
"Hay ángeles tambien. Que el sensible lector se convenza: hay, como en la Edad Media, hadas y ángeles, que eso fue la Edad Media: el Hada y el Ángel. Y el Demonio."
"Me llamo Melusina y la sola mención de mi nombre debería bastar. Pero no basta ¡ay! nada basta en un siglo como el actual en que los escolares deben aprender tantas cosas difíciles e inútiles que no les queda ya tiempo para las fundamentales.
Mi padre, Elinas, que otros apellidan Thiaus (pero eso no importa), era rey de Albania, es decir de Escocia; mi madre Presina, era un hada. Por aquel entonces, quien no gozaba del privilegio de ser hijo de un rey, se enfrentaba a la vida con serios obstáculos, singularmente con el de que no lo tomaran en cuenta: la prueba es que la mayoría de los grandes personajes de la naciente literatura fueron hijos de reyes. Sin embargo, mi desgracia eterna procede del hecho de ser la hija de un rey. Y de un hada; no olvidemos al hada, causa principal del infortunio que padezco."
"Me sentenció a metamorfosearme, los sábados, en un mounstruo mitad mujer y mitad serpiente. Mi marido -si me casaba- no debería verme bajo ese aspecto desazonante; aun más, debería ignorar que esa transmutación semanal existía, pues de lo contrario yo sufriría para siempre, como mi desdichada hermana Meliás, la insoportable penitencia de la inmortalidad... que es la que ahora me aflige y me veda el descanso absoluto al cual aspiro, el inmóvil sueño sin límites bajo una piedra tumbal, en la misma iglesia de Lusignan donde escribo estas líneas, mirando de hito en hito el vacío espacio que ocupaba el castillo pintado por los hermanos Limbourg en un página del devocinario del duque de Berry."
LAS HADAS EN WALT DISNEY
Walt Disney. Este productor norteamericano con sus películas de dibujos animados, creó una imagen de estos seres. Por una parte en películas como “Pinocho” o “Cenicienta” nos presenta unas hadas madrinas femeninas de tamaño humano, y en otras películas como “La bella durmiente” o “Peter Pan” las hadas adoptan una forma femenina de seres pequeños y alados.
LAS HADAS EN EL CINE
La llegada del cine ha permitido la realización de películas de este tipo de literatura, gracias al uso de efectos especiales y la animación.
Las películas de Walt Disney crearon un nuevo estilo en el cine de animación, si bien en un principio estaban pensadas para adultos, enseguida vieron el filón que se abría al dedicar estas películas a los niños, esto ayudó a establecer este genero de películas como infantil.
En “La Cenicienta” (1950) y “Pinocho” (1940) aparecen las hadas madrinas, que cumplen los deseos de los protagonistas; transformar una calabaza en carroza, a unos ratones en caballos, o convertir a un muñeco de madera en un niño de verdad. Todo es posible en los cuentos de hadas.
En “La bella durmiente” (1959) las hadas, son capaces de transformarse en humanas de la misma estatura o volverse pequeñas hadas capaces de volar.
En su película Peter Pan (1953), Disney nos presenta a un hada diferente. Su personaje de Campanilla representa una hada pequeña, con alas, caprichosa y celosa de Peter Pan. Campanilla gracias a sus polvos de duende es capaz de hacer volar a todas las personas u objetos.
En la siguiente película de Peter Pan, “Regreso al país de nunca jamás”(2002), el personaje de Campanilla se mantiene.
El éxito de Campanilla hizo que la propia compañía creara una película exclusivamente para este personaje, “Campanilla” (2009). En esta película reciente, la compañía Disney nos muestra el mundo mágico de las hadas.
Coral Cebrián Garea
(Me encantó este trabajo, Coral. Fue un placer leerlo y ver las imágenes)