martes, 23 de marzo de 2010

Teatro Romántico.



Teatro romantico:Teatro surgido en Alemania a finales del siglo XVIII que más tarde se desarrolló por el resto de Europa principalmente Alemania, Francia y España. Su principal precursor fue el dramaturgo inglés W. Shakespeare.

Características:

• El argumento básico es el amor apasionado que choca contra las normas sociales; de ahí que casi siempre acabe en tragedia. Otros temas que predominan son: la fatalidad, el destino trágico y la venganza.
•El marco de las obras suele ser de ambiente medieval. El drama histórico es frecuente en el teatro romántico.
• Se divide la obra en actos, entre uno y siete. Al no haber unidad de lugar, los actos se componen de cuadros; se habla de cuadro cuando hay cambio de decorado dentro de un mismo acto.
• Se rechaza la regla de las tres unidades impuesta en la Ilustración
• La escenografía adquiere gran importancia, a partir sobre todo de la construcción de locales dedicados exclusivamente a las representaciones. Los escenarios reproducían castillos, cuevas, bosques tenebrosos, cementerios, callejas a medianoche...
• Se da una mezcla de lo trágico y lo cómico. Abundan escenas costumbristas que sirven de anticlimax a las escenas macabras o truculentas.
• La finalidad no es educar, sino conmover.
• El lenguaje es retórico y grandilocuente.
• Tiene lugar una mezcla de prosa y verso contradiciendo así la estética neoclásica. Como es habitual en el Romanticismo, en las partes en verso hay polimetría y variedad de estrofas.
• El héroe masculino suele ser misterioso y valiente. La heroína es inocente y fiel, con una pasión intensa. Ambos están marcados por un destino fatal. La muerte es la liberación.


Don Juan Tenorio de J. Zorrilla:
La acción transcurre en la Sevilla de 1545.; por tanto es un drama histórico. El autor no lo dividió en actos, a la manera tradicional, sino en dos partes.

Parte Primera (Transcurre en la noche de carnaval)
Hace un tiempo Don Juan Tenorio y Don Luis Mejía habían apostado para ver "quién de ambos sabía obrar peor, con mejor fortuna, en el término de un año", ese día se cumplía el lapso de tiempo, por lo tanto, Don Luis y Don Juan se vuelven a encontrar en la hostería de Buttarelli donde comparan sus hazañas. Los rivales cuentan los muertos en batalla y las mujeres seducidas; al finalizar Don Juan queda como vencedor, sin embargo Don Luis lo vuelve a desafiar diciendole a Don Juan que lo que le falta en la lista es "una novicia que esté para profesar". Entonces Don Juan le vuelve a apostar a Don Luis que conquistará a una novicia , y que además, le quitará a su prometida Doña Ana de Pantoja. Al oír el desafío, el comendador Don Gonzalo de Ulloa, padre de Doña Inés, que llevaba en un convento desde su infancia y estaba destinada a casarse con Don Juan, deshace el matrimonio convenido.
Por la noche, Don Juan seduce a Doña Ana haciéndose pasar por su prometido. Después, tras enviarle una carta declarándole su amor, escala los muros del convento donde está encerrada Doña Inés y la rapta. La lleva a una finca en Sevilla, y nada más despertar de su desmayo, Doña Inés se encuentra en los brazos del libertino; de un flechazo los dos se enamoran locamente.
Pero llegan al lugar Don Luis y Don Gonzalo y se enfrentan , para vengar la deshonra,al protagonista en un duelo . Don Gonzalo muere, por lo que Don Juan tiene que huir a Italia.

Parte Segunda (Cinco años después)
Cinco años más tarde, Don Juan regresa a Sevilla y visita el cementerio donde está enterrada Doña Inés, que murió de amor. Doña Inés ha hecho una apuesta, pero con Dios: si logra el arrepentimiento del joven, los dos se salvarán pero, si no lo consigue, se condenarán eternamente. Ante la tumba de Don Gonzalo, Don Juan , como muchos personajes satánicos del Romanticismo, invita al comendador a cenar ; a su vez, el "convidado de piedra" lo invita a compartir la mesa de piedra con él en el panteón. Don Juan, que no teme a vivos ni a muertos, asiste a esa cena sepulcral.
Cuando el espíritu del Comendador está a punto llevarse a Don Juan al infierno, Doña Inés interviene y le ruega que se arrepienta. La joven gana la apuesta y los dos suben al cielo rodeados de cantos e imágenes celestiales. El amor salvó a Don Juan, al pie de la sepultura.
Fragmento de Don Juan Tenorio. La famosa escena del sofá:Don Juan acaba de raptar a Doña Inés y cuando la novicia despierta, él le declara su amor de esta manera:
D. Juan:Cálmate, pues, vida mía;
reposa aquí, y un momento
olvida de tu convento
la triste cárcel sombría.
¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga llena
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando el día,
¿no es cierto, paloma mía,
que están respirando amor?
Esa armonía que el viento
recoge entre esos millares
de floridos olivares,
que agita con manso aliento,
ese dulcísimo acento
con que trina el ruiseñor
de sus copas morador
llamando al cercano día,
¿no es verdad, gacela mía,
que están respirando amor?
Y estas palabras que están
filtrando insensiblemente
tu corazón, ya pendiente
de los labios de don Juan,
y cuyas ideas van
inflamando en su interior
un fuego germinador
no encendido todavía,
¿no es verdad, estrella mía,
que están respirando amor?
Y esas dos líquidas perlas
que se desprenden tranquilas
de tus radiantes pupilas
convidándome a beberlas,
evaporarse a no verlas
de sí mismas al calor,
y ese encendido color
que en tu semblante no había,
¿no es verdad, hermosa mía,
que están respirando amor?
¡Oh! sí, bellísima Inés,
espejo y luz de mis ojos;
escucharme sin enojos
como lo haces, amor es;
mira aquí a tus plantas, pues,
todo el altivo rigor
de este corazón traidor
que rendirse no creía,
adorando, vida mía,
la esclavitud de tu amor.
DOÑA INÉS- Callad, por Dios, ¡oh don Juan!,
que no podré resistir
mucho tiempo sin morir
tan nunca sentido afán.
¡Ah! Callad, por compasión,
que oyéndoos me parece
que mi cerebro enloquece
y se arde mi corazón.
¡Ah! Me habéis dado a beber
un filtro infernal sin duda,
que a rendiros os ayuda
la virtud de la mujer.
Tal vez poseéis, don Juan,
un misterioso amuleto,
que a vos me atrae en secreto
como irresistible imán.
Tal vez Satán puso en vos
su vista fascinadora,
su palabra seductora
y el amor que negó a Dios.
¿Y qué he de hacer, ¡ay de mí!,
sino caer en vuestros brazos,
si el corazón en pedazos
me vais robando de aquí?
No, don Juan; en poder mío
resistirte no está ya;
yo voy a ti, como va
sorbido al mar ese río.
Tu presencia me enajena,
tus palabras me alucinan,
y tus ojos me fascinan,
y tu aliento me envenena.
¡Don Juan! ¡Don Juan! Yo lo imploro
de tu hidalga compasión:
o arráncame el corazón,
o ámame, porque te adoro


Guillermo Tell de Schiller:
Es un drama característico de los sturmers, ya que Schiller perteneció al movimiento prerromántico Sturm und Drang.Como muchas obras románticas, está inspirada en una leyenda popular. El tema planteado es la crítica a la tiranía y la defensa del nacionalismo suizo frente al imperialismo dominante. El protagonista tiene muchos rasgos del héroe romántico

Guillermo Tell fue un héroe legendario de la independencia suiza. No existe ninguna prueba documental contemporánea a la fecha de existencia de Guillermo Tell que pueda probar que se tratase de un personaje real. Su existencia aparece en una serie de relatos legendarios. No obstante, resulta probable que alguno de los rasgos y episodios que se le atribuyen pertenecieran realmente a algún luchador o luchadores por la independencia suiza, al cual la imaginación popular habría dotado posteriormente de elementos legendarios.
Friedrich Schiller se basó en la leyenda de Guillermo Tell para escribir un drama en cinco actos y en verso.

Tell era un habitante de Bürglen, ballestero, famoso por su puntería. Cierto día en el que Guillermo Tell, pasaba por la plaza mayor de Altdorf acompañado por su hijo, rehusó inclinarse en señal de respeto ante el sombrero instalado en la plaza simbolizando al soberano de la Casa de Habsburgo. Ante tal muestra de rebeldía ante su legítimo señor, el gobernador de Altdorf, presentado como un individuo colérico y sanguinario, detuvo a Tell. Habiendo llegado a sus oídos noticia de su fama como ballestero, le obligó a disparar su ballesta contra una manzana colocada sobre la cabeza de su propio hijo, el cual fue situado a 50 pasos de distancia. Si Tell acertaba, sería librado de cualquier cargo. Si no lo hacía, sería condenado a muerte.
Tell intentó en vano que Gessler cambiara su castigo, de modo que introdujo dos flechas en su ballesta, apuntó y gracias a su habilidad como ballestero consiguió acertar en la manzana sin herir a su hijo. Al preguntarle el gobernador por la razón de su segunda flecha, Guillermo Tell le contestó que estaba dirigida al corazón del malvado gobernador , en el caso de que la primera flecha hubiera herido a su hijo. Enfurecido por la respuesta, volvió a detenerlo y mandó que lo encarcelaran en el castillo de Küssnacht.
En el camino al castillo, a través del lago de los Cuatro Cantones, estalló durante la travesía una tormenta que a punto estaría de llevar a pique a la nave. Tell, desatado por los guardianes para que pudiera llevarlos a tierra, se hizo con el control del barco y logró llevarlo a la orilla, salvando así su vida y la de los demás ocupantes de la barca. Apenas desembarcado, Guillermo Tell huyó, tendiendo poco después una emboscada al gobernador y matándolo con su segunda flecha.

Hernani de V. Hugo:
Victor Hugo estrenó Hernani el año 1830, en medio de una enorme polémica. La llamada "batalla de Hernani " fue una batalla de silbidos, lanzamiento de objetos livianos, pero también empujones y puñetazos entre una mayoría conservadora y una minoría rebelde, partidaria de la renovación de los cánones estéticos mediante la apertura a los valores del Romanticismo. La obra cuenta la rivalidad de tres hombres (el proscrito Hernani, el rey Carlos V y don Ruy Gomez de Silva) por la española doña Sol, quien por supuesto acabará casándose con el proscrito, pero en la escena final, por obedecer a una promesa hecha a Ruy Gomez, Hernani muere envenenado junto a su esposa.

Hernani es un joven de la nobleza que ha caído en desgracia y se encuentra proscrito (con despojo de sus títulos nobiliarios, de sus bienes y de su libertad... si es que logran capturarlo). Convertido en bandido, disputa el amor de doña sol al Rey de España, Don Carlos. Pero Hernani se ve obligado a huir de las tropas reales. Se propaga la noticia de su muerte y doña Sol, en lugar de doblegarse ante los requerimientos amorosos del Rey, acepta casarse con don Ruy, un pariente viejo que está enamorado de ella.
Cuando la boda está a punto de realizarse, aparece Hernani. Pero no viene solo; tras él, el mismísimo Rey encabeza su persecución. Don Ruy, en cumplimiento del sagrado principio de hospitalidad, esconde a su rival. El anciano le ha salvado la vida; pero al mismo tiempo, se convierte en el dueño de la vida que ha salvado; ambos acuerdan que en cualquier momento podrá apoderarse de ella. Cuando llegue ese momento, bastará que don Ruy haga sonar una trompa para que Hernani se dé muerte.
Hernani y don Ruy, comparten un fuerte sentimiento de odio hacia el Rey, que los lleva a montar un complot en su contra. Don Carlos descubre a los conjurados; pero en ese preciso instante recibe la noticia de que lo han elegido Emperador. En vista de ello, decide perdonarlos. Además, devuelve a Hernani sus títulos, le reintegra su libertad, y le concede la mano de su amada.
Entonces, se celebra la fiesta nupcial. Aquella es una noche mágica; los enamorados se aproximan. Doña Sol, estremecida, espera el primer beso de su adorado Hernani; cuando irrumpe el brutal sonido de la trompa. Don Ruy, implacable, se presenta para exigir el cumplimiento del terrible pacto. Hernani, fiel a su promesa, se mata. A su lado, desesperada, se mata doña Sol. Solo resta saber qué hará el desconsolado anciano. Irremediablemente, don Ruy se quita la vida, mientras cae el telón.
Fragmento:
Hernani.- ¡El rey! Mi padre murió en el cadalso, condenado por el suyo, y aunque mi odio hacia él envejeció después de aquella inmolación, para el hijo de aquel rey mi odio siempre es joven; y desde mi tierna edad juré vengar en el hijo la muerte de mi padre. Por todas partes busco al rey de ambas Castillas, porque es eterno el odio que nos profesamos mi familia y la suya. Nuestros padres han combatido durante treinta años sin compasión y sin remordimiento contra esa raza real, y aunque mis padres han muerto, su odio vive en mí. ¡Y el rey es el que forja ese execrable himeneo! Tanto mejor. Le buscaba y él se me aparece en mi camino.
SOL.- ¡Me aterras!
Hernani.- Voy cargado con el peso de un anatema, que hasta a mí mismo me espanta. Escúchame, doña Sol: el hombre a quien el rey te destina, Ruy de Silva, tu tío, es duque de Pastrana, rico hombre de Aragón, conde y grande de España. A falta de juventud, puede proporcionarte tanto oro y tantas joyas, que podrá relucir tu cabeza entre las cabezas reales y podrás excitar la envidia hasta de las reinas. En cambio, yo soy pobre, y desde mi niñez no poseo más que los bosques y las montañas; quizá pudiera ostentar algún ilustre blasón, que hoy deslustra una mancha de sangre; acaso poseo derechos que yacen en la oscuridad cubiertos con el paño negro del patíbulo, y si mi esperanza no es falaz, acaso un día pueda hacer brillar mi espada; pero hasta ahora sólo he recibido del cielo el don común a todos los mortales; el aire, la luz y el agua. Pero ha llegado la ocasión en que te libres del duque o de mí; elige entre los dos: o ser su esposa o seguirme.
SOL.- Te seguiré.
Hernani.- Si me sigues, has de vivir entre mis rudos compañeros, que están proscriptos como yo y que el verdugo ya conoce; hombres de corazón y de hierro, que nunca se enmohecen, que tienen agravios que vengar, y tendrás que ser la reina de mi banda, porque yo sólo soy un bandido. Cuando me perseguían en ambas Castillas, solo y huyendo por bosques y montañas, tuve que buscar asilo seguro, y Cataluña me acogió como una madre. Crecí entre sus montañeses, pobres, pero altivos y libres, y cobré tal crédito entre ellos, que mañana, si hago resonar esta bocina, acudirán a ayudarme en son de guerra tres mil bravos montañeses. ¡Te estremeces! Te doy tiempo para que reflexiones lo que debes hacer. Piensa que si me sigues será tu suerte errar conmigo por bosques, montes y arenales, y entre hombres parecidos a los demonios de tus sueños pavorosos; recelar de todo, de las miradas, de las palabras, de los pasos, de los ruidos; oír silbar las balas de los mosquetes amenazando vidas y anunciando muertes; vivir proscripta y errante como yo, y acaso, seguirme donde yo seguiré a mi padre; a la horca.
SOL: Te seguiré.


Sergio Pose Niño