Carpe diem es una locución latina que literalmente significa "aprovecha el día", lo que quiere decir es "aprovecha el momento, no lo malgastes". El primer poeta que utilizó el tópico del Carpe Diem fue el poeta romántico Horacio, que escribió:
Aquí Horacio nos expresa de forma poética que el tiempo se nos pasa rápidamente, sin darnos cuenta.
Se trata de un tópico literario, un tema recurrente en la literatura universal .Es una invitación al goce de los años de juventud (= día) y al aprovechamiento del momento, antes de que el inevitable paso del tiempo nos conduzca a la vejez y a la muerte. Por eso, este tópico está relacionado con estos otros dos: Collige,virgo rosas y Fugit irreparabile tempus.
Cobra especial importancia en la Edad Media, en el Renacimiento, el Barroco y en el Romanticismo.
Este tópico ha ido variando en la forma de entenderlo, respecto a las diferentes épocas literarias ya citadas. Durante el período de la Edad Media era entendido como: "vive el momento porque vas a morir pronto". Posteriormente, durante el Renacimiento, los ideales de belleza y perfección hicieron entenderlo de la siguiente forma: "vive el momento porque vas a envejecer pronto". Finalmente en la época Barroca, este tema se volvió a interpretar de la misma forma que en la Edad Media, pero con bastante más intensidad en cuanto a la muerte. También, es el último momento cuerdo que se tiene cuando se va a morir. Otras interpretaciones pueden ser estas:"no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy" o igual, "vive cada momento de tu vida como si fuese el último de tu existencia".
Así, este tópico sirve tanto para representar síntomas de irresponsabilidad como falta de conciencia en el ser. Aunque el Carpe Diem, también representa la actitud de vivir intensamente cada instante, de afrontar la vida con optimismo y alegría.
Imagen de Calisto y Melibea |
En España el S.XV es un siglo de transición entre la Edad Media y el Renacimiento. En este siglo finaliza la reconquista, y se expulsan de la península a judíos y árabes (inquisición); se descubre América, y se inventa la imprenta; se pasa de una mentalidad teocentrista a una antropocentrista; los valores medievales entran en crisis y surge el Carpe Diem (invitación al goce de la vida, que se desarrollará más durante el siglo XVI)
Uno de los escritores que trata este tópico en una de sus obras es Fernando de Rojas en "La Celestina."
En la obra, se tratan temas de gran interés en la época: la muerte, el amor, la magia y la codicia.
El tema de la MUERTE se presenta bajo una perspectiva pre-renacentista. Los personajes se mueren con prisa guiados por el impulso de vivir la vida al máximo (Carpe Diem).
Garcilaso de la Vega |
Otro autor español que utiliza mucho este tópico latino es Garcilaso de la Vega en sus Sonetos, como por ejemplo en el Soneto XXIII:
En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Antonio Martínez Sarrión |
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
POEMA CARPE DIEM
Qué dispendioso pulular de nombres,
de ateridas esperas mientras la madrugada
difuminaba taxis en una sucia niebla.
Qué lástima de tiempo barajando
naipes ya de textura ala de mosca
cuando el sol meridiano, más de un punto granado,
no sabe de demoras, admite alistamientos
sin requisito alguno,
por ahogado de sombra que llegue el aspirante,
para entregar a cambio manos como paneles,
ríos de campanillas, zureos de palomas,
terco mundo presente,
que fulgura y se esfuma tan tranquilo,
negándose de plano -y con cuánto derecho-
al deshonesto oficio de pañuelo de lágrimas.
de ateridas esperas mientras la madrugada
difuminaba taxis en una sucia niebla.
Qué lástima de tiempo barajando
naipes ya de textura ala de mosca
cuando el sol meridiano, más de un punto granado,
no sabe de demoras, admite alistamientos
sin requisito alguno,
por ahogado de sombra que llegue el aspirante,
para entregar a cambio manos como paneles,
ríos de campanillas, zureos de palomas,
terco mundo presente,
que fulgura y se esfuma tan tranquilo,
negándose de plano -y con cuánto derecho-
al deshonesto oficio de pañuelo de lágrimas.
“Horizontes desde la rada” 1983
Bibliografía:
JAIME CRESPO Y SARA ACEVEDO .