lunes, 5 de diciembre de 2011

(Otras) versiones cinematográficas de Hamlet. Paula


Hamlet ya no es sólo una obra de Shakespeare o una simple historia: se ha convertido casi en un mito. Así es que, también en el mundo del cine, ha sido la base para multitud de películas de todos los géneros.

 En las primeras tres décadas del siglo XX, se rodaron 17 películas de Hamlet. Muchas de ellas eran aún de cine mudo; destacan la de Georges Meliès , uno de los creadores del cine (1907) y la rodada en 1900 con Sarah Bernhart (sí, una mujer) en el papel protagonista.
Sarah Bernhardt como Hamlet
Una de las primeras, si no la primera, versiones habladas de Hamlet fue la dirigida y protagonizada en 1948 por Laurence Olivier, que sería famosísima y ganaría 5 Oscars. En este tiempo de posguerra se interesaron también por la historia del príncipe danés varios cineastas europeos, rusos y hasta japoneses.

 

Cartel del Hamlet ruso

Dos de las consideradas como mejores adaptaciones de la obra fueron rodadas en los años 60: Ophelia, filme del director francés de la nouvelle vague Claude Chabrol (1962); y el Hamlet de Grigori Kozintsev, ruso que también dirigió la película El rey Lear. (Es curioso el título en la portada de la película: ¡está escrito en cirílico!)
Tras ellas hubo muchas más versiones hasta el día de hoy. Por ejemplo, Rosencratz y Guildestern han muerto (Tom Stoppard, 1990) narra en clave de comedia la misma historia, pero desde el punto de vista de los dos amigos traidores de Hamlet.


En 1991 Franco Zefirelli dirigió a Mel Gibson en otra adaptación, esta vez más realista. Cinco años más tarde, Kenneth Branagh, actor estudioso de la obra de Shakespeare, dirigió y protagonizó también su propia versión, ambientada en el siglo XIX. Es considerada una de las mejores, ya que durante sus 4 horas de metraje reproduce el texto íntegro. Es simpático el dato... este mismo año se estrenó Hamlet X(Hamlet por el amor de Ofelia), la versión pornográfica del italiano Luca Damiano [aviso ante la duda: ni la vi ni voy a poner imágenes].

Y ya en 2000, ¡la visión futurista! Ethan Hawke, bajo las órdenes de Michael Almereyda, encarna a un Hamlet neoyorkino vinculado a las nuevas tecnologías. Y no parece que esta tendencia de adaptar esta obra vaya a parar ahora con la llegada del siglo XXI.
Cartel del Hamlet de Ethan Hawke
Bien. Ya hemos dicho que la influencia de Hamlet llega a todos los géneros cinemátográficos. ¿Y por qué no a la animación? Muchas películas de Disney están basadas en cuentos populares o en obras de la literatura universal (El libro de la Selva [hom., Rudyard Kipling], Peter Pan [hom., J.M. Barrie], Alicia en el país de las maravillas [hom., Lewis Carrol]...) y una de las obras cumbre de Shakespeare no iba a ser menos.

Aunque El Rey León (Rob Minkoff, 1994), una de las películas de nuestra infancia, parta de un guión original, hace muchísimos guiños a Hamlet. Narra la historia de un príncipe (león) que se ve obligado a vengar el asesinato de su padre por parte de su tío, que ahora es el rey (de la sabana).
Aunque la historia, y sobretodo el final (evidentemente, es una película infantil) cambian considerablemente, el príncipe se ve obligado a exiliarse, el espectro de su padre se le aparece para pedirle ayuda... Hasta en una escena de una canción (como si fuera un soliloquio) el rey Scar, homónimo de Claudio, sostiene en una de sus manos (garras, en este caso) una calavera como hiciera Hamlet con la de Yorick.