martes, 28 de febrero de 2012

The Rime of the Ancient Mariner. Coleridge

Como quien en un camino solitario,
camina dominado por el miedo y el espanto
Y habiendo mirado atrás una vez, sigue adelante
sin ya nunca volver la cabeza,
pues sabe que un temible demonio
sigue sus pasos de cerca.

Estos son los versos que vienen a la mente de Víctor Frankenstein cuando, escapa del monstruo que acaba de crear, dejándolo abandonado a su suerte. Pero por mucho que “huya” el joven científico  sabe que su criatura siempre irá detrás… como un temible demonio.


La Rima del Anciano Marinero, a cuya parte final pertenecen estos versos, es una extensa balada intraducible y “sublime” ( en términos románticos) ; es decir, inexplicable. Quizá porque Coleridge escribía sus oníricas visiones  bajo los efectos del opio. De cualquier modo, los poemas de Coleridge son antecedente de los poemas visionarios de Rimbaud , e incluso de los surrealistas.
No importa no entender, no importa no poder traducir, La rima del Anciano Marinero  tiene el hechizo de las viejas baladas, porque alguien cuenta/canta ( el Viejo Marinero) una historia típicamente romántica, llena de misterio, con un ave mágica, tormentas nocturnas bajo la luna y  mares embravecidos surcados de  espectros y cadáveres.

Se habló - con razón- de la influencia del género gótico en este cuento en verso ( cuyo mágico albatros es comparable al cuervo de Poe)
El poema comienza cuando El viejo Marinero irrumpe en la fiesta de una boda y elige a un Invitado para convertirlo en oyente de su relato; el Viejo es un ser descarnado y terrorífico, y su presencia produce espanto, pero está condenado a vagar por el mundo contando su historia , y pese al rechazo que produce su presencia, la contará. ( Recordad que la expiación de Víctor Frankenstein será también contar su historia; contársela  Robert Walton)
En el pasado, en uno de sus viajes, el navío  del Marinero fue arrastrado por una tormenta al polo Sur . Su navío consigue salir del hielo gracias a un albatros blanco; los albatros son bellas aves de mar que acompañan a los navegantes, símbolos románticos de bondad, libertad y belleza.
El albatros del poema de Coleridge fue alimentado y domesticado por la tripulación del barco, y navegó con ellos hasta alejarlos, casi mágicamente, de los hielos eternos.

Pero el Viejo Marinero, sin razón, mató al pájaro y - quizá por violar las leyes de la naturaleza - tendrá que sufrir un tremendo castigo: verá morir a su tripulación, navegará un tiempo con el cadáver del albatros enroscado a su cuello y vagará sin rumbo en su barco fantasma por un  mar lleno de espectros…hasta expiar su culpa.
Noches de luna, tormentas, ángeles y demonios…toda una imaginería romántica cruza delante del navío fantasmagórico del viejo  marinero, que será perdonado por un  extraño ermitaño que le impone como penitencia final  contar su historia una y otra vez.

Recordad que este poema , lleno de terror y de magia, lo escuchó Mary Shelley en voz del propio Coleridge. Si os dais cuenta, muchos elementos de la balada se pueden trasladar también a Frankenstein.

Las ilustraciones son de Mervyn Peake y Gustave Doré. Copio ahora unos versos del Canto IV 
 
-¡Miedo me das, Anciano Marinero!
Miedo me da tu mano descarnada;
eres alto, escuálido y curtido
como la arena en ondas de las playas .
  ¡Miedo me dan tus relucientes ojos!
¡Miedo me da tu renegrida mano descarnada!

-No temas , Invitado, no, no temas: este cuerpo
logró no sucumbir a la desgracia.
  Solo, solo, completa y absolutamente solo:
solo sobre un mar más que infinito,
sin que ningún santo se apiadara
del dolor de mi alma en agonía.
Tantos hombres, tantos y tan hermosos
Y todos ellos muertos reposaban
mientras miles de seres repugnantes
 como yo, sin razón alguna vivían.
  Miré hacia el putrefacto mar,
y al instante retiré de nuevo la mirada;
miré hacia el puente y la cubierta fantasma
donde yacían cientos de muertos.
 Y miré al cielo e intenté rezar
pero en cuanto una plegaria había surgido
un susurro maligno vino y me secó
no sólo el corazón, también el alma.