viernes, 13 de abril de 2012

Adiós al Romanticismo



Y para abandonar definitivamente el Romanticismo, voy a copiar un poema de Schiller, el sturmer creador del teatro alemán, autor de Guillermo Tell . Fue también  un magnífico poeta.

El poder del canto

Un torrente de lluvia surge con el ímpetu del rayo
desde las grietas de los peñascos,
escombros de la montaña siguen su torrente
y robles caen a su paso;
asombrado, con un placentero espanto,
lo oye el caminante y escucha,
oye cómo  surge la corriente en el barranco,
pero no sabe de dónde surge;
así fluyen las olas del canto
desde fuentes incógnitas.

Unido con los seres fecundos
que silenciosamente tejen los hilos de la vida,
¿quién puede deshacer el encanto del poeta?
¿quién puede contradecir sus notas?
Como si poseyera el cetro de mensajero divino,
domina el conmovido corazón,
lo sumerge en el reino de los muertos,
lo eleva asombrado hacia el cielo,
y lo mece entre la seriedad y el juego,
dirigiendo el vaivén de sus sentimientos.

( Más romántico no puede ser. 
Si lo pilla Caeiro lo fulmina con su mirada, o le lanza su "chapeu" en pleno ojo)