La Creación. El Bosco (1485-1515) |
Esta pintura al óleo se encuentra en las caras exteriores
del famoso tríptico de El Jardín de las Delicias. Representa el tercer día de
la creación, cuando aún no existían la luna y el sol, y es por ello que está
pintado prácticamente en blanco y negro.
En el tercer día de creación
Dios separó las aguas para crear
la superficie terrestre donde colocó la vegetación. En la imagen también
podemos observar la cúpula transparente que rodea la tierra, creada en el
segundo día, separando las aguas celestes de las terrestres. Los hebreos creían que la tierra
flotaba en un enorme océano, protegida por esta cúpula de cristal, y que la lluvia
no era más que el agua que rodeaba nuestro planeta, colándose por algún hueco
de esta cúpula.
En la parte superior se observa la figura de El Creador, con
un libro en la mano, y una cita bíblica: «Él lo dijo, y todo fue hecho.
Él lo mandó, y todo fue creado»
La Creación de Eva. Miguel Ángel. (1508-1512) |
Este fresco de la Capilla Sixtina no es apenas conocido, a
pesar de encontrarse justo al lado de La creación de Adán, el fresco más famoso
de la Capilla.
Se representa en él a Dios, Adán y Eva. Estos dos últimos
aún desnudos. Eva parece confusa y desubicada, mientras que Adán duerme a sus
espaldas.
Según la biblia, Dios creó a Eva a partir de una costilla de
Adán, durmiéndolo previamente, ya que Adán se encontraba solo. “No es bueno que
el hombre esté solo; démosle por ayuda y compañera una semejante a él”
El primer beso. Salvador Viniegra (1891) |
También conocida simplemente como Adán y Eva, esta obra de
Salvador Viniegra es uno de los pocos desnudos españoles que conservamos de la
época.
A pesar de que no representa ningún momento concreto de la Biblia lo he escogido porque va mas allá de lo que simplemente está
escrito. “Por tanto, dejará el hombre a
su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”
El autor representa a una pareja cariñosa y feliz,
besándose, llegando más allá del objetivo puramente reproductivo que la Biblia otorga
a Adán y Eva. Adán aprisiona en su mano a la serpiente, símbolo de la tentación
y el pecado, y al mismo tiempo, esta se entrelaza en su brazo.
EL Moisés. Miguel Ángel (1513-1515)
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Esta imponente figura de mármol blanco representa a Moisés,
el salvador del pueblo Judío, que los guía durante 40 años a través del desierto
hasta La Tierra Prometida.
Moisés es representado en la Biblia, como un héroe, al
estilo de la Épica. Este héroe se puede observar claramente en la escultura, un
hombre fuerte y enorme, muy poderoso y con expresión seria y sabia en el
rostro. El Moisés de Miguel Angel presenta dos cuernos en su cabeza, debido a
una mala traducción se entendía que su rostro era cornudo, cuando en realidad
lo que el texto original dice es que de su rostro emanaban rayos de luz.
En esta pintura del siglo XVII se representan las tres figuras
de Isaac, hijo de Abraham, Rebeca, su mujer y Jacob, uno de los dos hijos de
ambos.
Según la historia, Isaac, ya anciano y casi ciego, decidió
dejar todo a su hijo Esaú, de buen corazón. Pero su mujer Rebeca y su otro
hijo, Jacob, decidieron engañarlo, vistiendo a Jacob con la ropa de su hermano,
poniéndole guantes y una bufanda de cabrito. Isaac es engañado y bendice a
Jacob de forma irreversible.
Cristo de San Juan de la Cruz. Salvador Dalí. (1951)
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Se trata de una de las más famosas representaciones de
Cristo Crucificado, debido a la originalidad de su perspectiva. Es de estilo surrealista
y en el podemos tener una visión de la muerte de Jesús totalmente nueva.
Jesús murió crucificado por difamar y proclamarse a si mismo
rey de los Judíos, aunque la acusación formal ante Pilatos fue la de no pagar
el tributo al César.
En la pintura, Jesús parece flotar en medio de la nada, no
está clavado ni atado a la cruz, simplemente flota junto a ella. Mas allá de
sus pies unas nubes extrañas y un paisaje de mar tranquilo, con un par de
pescadores.
BIBLIOGRAFÍA