Señala los temas y las técnicas de la novela realista en este fragmento. A ver si localizas el monólogo en estilo indirecto libre y la presencia del narrador omnisciente autorial:
Julián salió sin hacerse repetir la orden, admirado de que su padre hubiese olvidado propinarle una paliza más; pero, apenas se vio fuera de la vista de su terrible progenitor, acortó el paso. Lo primero que se le ocurrió fue que nada perdería entrando en la iglesia y rezando unas oraciones, que no podrían menos de ser útiles a su hipocresía.
¿Sorprende al lector que nuestro joven fuese deliberadamente y con plena conciencia hipócrita? Téngase en cuenta que el alma de Julián había tenido que recorrer largos caminos, aunque apenas si acababa de franquear los umbrales de la vida.
De niño, la vista de los dragones del 6º Regimiento, de cuyos hombros pendían flotantes capas blancas, y cuyas cabezas defendían cascos de acero adornados con largos penachos de crin, que regresaban de la campaña de Italia y ataban sus fieros corceles a la reja de la casa de su padre, le volvían loco de entusiasmo, haciéndole suspirar por ser militar. Pasaron algunos años, y el viejo médico castrense le hacía conmovedores relatos de las batallas reñidas en el puente de Lodi, en Arcole, en Rivoli, relatos que atizaban el fuego bélico que ardía en el corazón del niño.
Cumplió nuestro Julián catorce años, y se comenzó en Verrières la construcción de una iglesia que, sin pecar de exagerado, puedo llamar magnífica, para una ciudad tan pequeña...
No tardó en anunciar su propósito de hacerse sacerdote, y a partir de aquel instante, se le vio a todas horas en la serrería de su padre entregado al estudio de una Biblia en latín que le prestó el párroco. En presencia de éste, Julián no mostraba más que sentimientos piadosos. ¿Quién habría sido capaz de sospechar que aquel rostro de muchacha, tan pálido y tan dulce, ocultaba la inquebrantable resolución de conquistar fortuna y gloria, aun cuando en la empresa arriesgara mil veces la vida?
Para Julián, el primer paso en el camino de la fortuna era abandonar Verrières; detestaba el lugar de su nacimiento. Entonces pensaba con delicia en que un día sería presentado a las bellas mujeres de París; ya sabría él interesarlas con alguna acción brillante. ¿Por qué no había de amarle alguna de ellas como la esplendorosa Beauharnais amó a un Bonaparte todavía pobre? Desde hacía muchos años, acaso no pasaba Julián ni una hora de su vida sin decirse que Bonaparte, un teniente oscuro y sin fortuna, sehabía hecho dueño del mundo con su espada. Esta idea le consolaba de sus desdichas, que él creía grandes, y ahondaba su alegría cuando estaba contento.
Desde los días de su primera infancia tuvo ya sus momentos de exaltación. Se imaginaba entonces con transportes de alegría que llegaría un día en que sería presentado a las grandes hermosuras de París, cuya atención sabría atraerse merced a alguna acción gloriosa. ¿Por qué no había de encontrar una que de él se enamorase, como se enamoró de Bonaparte, cuando era desconocido y pobre, la célebre señora de Beauharnais? Durante una porción de años se repitió Julián a todas las horas del día que Bonaparte, teniente obscuro y sin fortuna, logró hacerse amo y señor del mundo entero sin más auxilio que el de su espada. Esta idea le hacía llevaderas sus desventuras, que él creía inmensas, y centuplicaba su alegría cuando un rayo de ésta venía a visitar su alma.
La construcción de la iglesia y las sentencias del juez de paz fueron manantial vivo de luz que inundó las negruras de su espíritu. La idea que bruscamente germinó en aquel le produjo un acceso de delirio que duró una porción de semanas y concluyó por arraigar en su alma con la fuerza inconmovible de la primera idea que un ser apasionado cree haber inventado.